sábado, 15 de octubre de 2011

No hay palabra en el diccionario que defina como me siento...

Decepción. Miedo. Angustia. Tristeza. Frustración. Malestar. Desilusión. Gritos. Odio. Rabia.
Y es que solo son letras. Letras unidas, una detrás de otra. Palabras que expresan algo.. pero que no llegan a parecerse a lo que llevo dentro.
Me siento como un volcán a punto de erupcionar. Como un remolino. Un huracán que se lo piensa llevar todo por delante. Callarme las cosas solo contribuye al hecho de sentirme así. De este modo que no puedo explicaros. Solo puedo deciros que no es nada bueno. Y nunca lo va a ser.
Resignación es lo que llevo encima desde hace más de seis años. Y ganas de decir unas cuantas cosas a la cara y marcharme para no volver más también.
Pero así no funciona el mundo. No vale decidirse a ser mejor y no pensar en el resto. Aunque es lo que espero poder hacer algún día. Irme. Sin decir adiós excepto a ciertas personas que si lo merecen. Marcharme sin dar cuenta a nadie más que a mi misma de lo que tenga entre manos. De mis decisiones, de mi forma de ser, y de mis sentimientos. Y que os jodan. Así de claro.
Al fin y al cabo vosotros sois los culpables de todo esto. De querer convertirme en otra, de manipular las vidas ajenas y de mirar por encima del hombro. De la falsedad que acaricia el aire como una leve brisa, pero que lo contamina como ninguna otra cosa. "Hoy te quiero, mañana te odiaré". Esa no es mi filosofía de vida. Y estar con personas que sí la tienen no hace más que afectarme. Solo es eso. No sois lo que pareceis ser. Por mucho que se expliquen las cosas todo va a seguir igual. Y yo me niego a ser invisible más tiempo. No quiero vivír así. Estoy harta de aguantar tanto y además.. aguantarlo sin ningún fin. Para nada. El egoísmo de las personas, de eso se trata.
Os creeis buenos, y sois de lo peor. Haceis mucho daño. Lo más penoso es que en el fondo lo sabeis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario