Camino despacio, más de lo que quisiera. Y mi yo interior no me deja. Grita en rebeldía que algún día volverás. Intento ignorarle, pero me tiran más los buenos momentos, y pienso que las cosas volverán a ser como antes. Sino, andaría mucho más rápido.
Vuelvo a pasar hoy por todas esas calles en las que esperé encontrarte días atrás. Por todos aquellos lugares donde tengo la certeza de que tú estuviste, aunque no conmigo. No al menos en una realidad cercana, pero quizá sí en la de mi mente.
Busco con la mirada entre la gente, y a lo lejos, aunque sé que no vas a aparecer. Hubieses aparecido hace menos de unos meses, pero no ahora. Ya no. Ningún motivo te podría traer hasta aquí. Nada te mantiene atado a este lugar. Fui yo quien dejó que eso continuase así hasta hoy, y soy yo quien cada día intenta romper esto un poco más. "Esto", que por otro lado, empiezo a pensar que nunca ha sido un algo.
Tengo que decirte, hoy, aquí, ahora, desde ya y para siempre, aunque jamás vayas a leerlo, que estoy completamente dividida. Las cosas han cambiado mucho, pero siguen haciéndolo.
Te perdí. Hace mucho ya. Pero es que cada segundo que pasa te pierdo todavía más, aún en su imposibilidad.
Simplemente no entiendo por qué si esto se ha apagado (y continúa apagándose), una pequeña parte de mi corazón confía en que te veré en el trayecto. Y, en caso de verte, no comprendo qué espero que suceda. Porque "nada" es la palabra que me da la respuesta.
Lo que más duele, es el hecho de no pensar tanto en ti, pero seguir haciéndolo.
Encapricharse con otra persona, aprender a sentir, pero teniendo tu espina todavía dentro. Muy clavada. ¡Pero sin herida!, ¡Ni siento ni padezco!, ¿qué pasa aquí?...
Da la impresión de que somos dos partes iguales, complementarias, proporcionales, que caen juntas. Así, cuando uno falla, fallamos ambos. Si tú estás mal, yo lo estoy. Y si yo no siento tú no padeces, y viceversa.
Tras todo esto solo tengo clara una cosa: lo que de verdad me asusta es que me importe que haya dejado de importarme. Sé que suena complicado, pero no hay más.
Ya no ocupas mi tiempo, pero a la vez sí. Y eso ni me afecta ni me deja de afectar.
Ahora otra persona renueva mi vida. Como un soplo de aire fresco. Como aire para mis pulmones. Y sin embargo, cada tarde de viernes, brisas antiguas se acomodan en mi estancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario